miércoles, 3 de septiembre de 2008

Vida de San Felipe de Jesús

Superfiesta 400

400 años de amistad entre México y Japón
Num.3

” Vida de San Felipe de Jesús“

Por Tokiyo Tanaka

En el número anterior, mencioné sobre San Felipe de Jesús, uno de los 26 mártires en Nagasaki. A decir verdad yo no tengo ninguna religión, por ello, no entiendo muy bien la importancia de los santos cristianos, pero parece que los santos son sumamente significantes para los creyentes. Esto se demuestra al nombrar a un hijo con el nombre de un santo y el orgullo de tener un santo mexicano.Por ejemplo, San Felipe de Jesús, por lo tanto, su vida religiosa es muy conocida. Se cuenta que él pasaba una vida no tan apropiada en Filipinas. Sin embargo, repentinamente escuchó la voz de Dios. Él se arrepintió de la vida que llevaba y decidió entrar al convento para prepararse para ser un mártir en Japón pero antes de convertirse en monje, su vida era muy diferente.

Él era el hijo de un comerciante exitoso. Estudiaba en un colegio católico conocido, pero fue expulsado por su mala conducta. En el segundo colegio también fue expulsado por la misma razón. Los padres preocupados metieron al convento franciscano para mejorar su conducta, pero él no lo aguantó y escapó del convento para regresar a su casa. Esta vez, sus padres decidieron meterlo en una taller de platería para que aprendiera la técnica en vez de estudiar, pero tampoco funcionó. Finalmente los padres lo mandaron a Filipinas con dinero para que hiciera negocio allá. En aquel entonces, Filipinas era la colonia española y el centro del comercio entre México, China y Japón. Periódicamente la nao de China viajaba de Manila a Acapulco llevando la seda de China, la cerámica de Japón y el marfil de India. De vuelta, traía la plata mexicana.

Cuando San Felipe de Jesús llegó a Filipinas, apenas tenía 17 años de edad. Él se encontraba ahí sólo, lejos de los padres con suficiente dinero para divertirse un rato. Se dice que al acabar su dinero que traía, él ingresó al convento y decidió volver a México. Por desgracia, el barco que tomó tenía que refugiarse en Japón por la tormenta. En esta época, Japón tenía la ley de la expulsión de cristianos. Él fue llevado a NAGASAKI para ser crucificado. Es posible imaginar que él nunca creía que iba a convertirse en un mástil.

Traducción japonesa

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