“Historia del Japón a través de cinco encuentros con México”
Por Maestra Tokiyo Tanaka Nishiwaki, UNAM.
No.9
Francisco Díaz Covarrubias en en YOKOHAMA,
Como un gesto de agradecimiento por las muchas atenciones y facilidades que Díaz Covarrubias estaba recibiendo en ese momento por parte del gobierno japonés, correspondió invitando a algunos estudiantes a su observatorio. Así, dos jóvenes de la Escuela Naval Japonesa asistieron a su observatorio para presenciar ese suceso, y así aprender de la ciencia avanzada del mexicano.
Es necesario aclarar que por lo general no se aceptaba que viviera en Japón una misión de países que aún no tenían un tratado oficial. En esta aceptación del gobierno de Japón a la misión mexicana sin que hubiera un tratado oficial previo, se puede percibir el intento de los nipones por lograr concertar un tratado de igualdad, ya que ambos países habían experimentado en su historia el tener a su soberanía en peligro.
De todas las expediciones mundiales que estuvieron estudiando desde Japón el paso de Venus en 1874, la primera en presentar resultados fue la mexicana; años después le siguió Francia en 1877, Inglaterra en 1881 y Rusia en 1891.
Ha sido tal el impacto que causó para el Japón esta expedición de tierra azteca, que aún en 1974 se publicó un libro en japonés, en el que se explica la labor que la comisión de Díaz Covarrubias llevó a cabo en aquella época. Inclusive, en YOKOHAMA todavía se conserva una piedra que había sido utilizada como base sobre la cual montó Díaz Covarrubias su telescopio, y que hasta la fecha se usa para conmemorar la histórica y exitosa visita de la comisión mexicana.
Francisco Díaz Covarrubias publicó en 1876 (Imprenta Políglota de C. Ramiro y Ponce de León) un libro que escribió con el título de Viaje de la comisión astronómica mexicana al Japón para observar el tránsito del planeta Venus por el disco del Sol, el 8 de diciembre de 1874.
En este libro él expresa su preferencia por el japonés en contraposición con el chino: “Los japoneses, en efecto, son casi siempre afables, corteses, valientes, pundorosos y muy dóciles para aceptar todo género de cultura cuya inmigración a este país [México] sí la juzgo realmente benéfica para la agricultura”. (op. cit.)
Indudablemente la opinión de este destacado científico mexicano fue tomada en cuenta por el gobierno mexicano, ya que fue en 1897 cuando la primera inmigración japonesa se embarcó en el puerto de YOKOHAMA, iniciando así su primer viaje de navegación hacia México.
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