“Historia del Japón a través de cinco encuentros con México”
Por Maestra Tokiyo Tanaka Nishiwaki, UNAM.
No.4 HASEKURA llega en el año 1614 a México por Acapulco.
Los japoneses no desconocían que al mismo tiempo, con la conquista política española en las Filipinas, se había dado la introducción del cristianismo. Algunos de ellos empezaron a temer que la lealtad del cristianismo, dirigida a un Papa lejano, pudiese socavar un sistema feudal basado en lealtades puramente locales.
La unificación de Japón no se había llevado a cabo con un sistema gubernamental centralista, como en varios países de Europa, sino que fue basado en el sistema feudal anterior. El gobernante HIDEYOSHI reunió a todos los feudos bajo su dominio y él se convirtió en la máxima autoridad. Por lo tanto, la lealtad del pueblo no debería de dirigirse a “un Papa”, sino de manera inmediata a sus señores feudales y en forma mediata a HIDEYOSHI, el gobernante máximo.
Éste también empezó a considerar que el cristianismo podría con el tiempo desbaratar el gobierno apenas unificado. Sin embargo, HIDEYOSHI no podía despreciar la ambición del comercio exterior. Para ello, los comerciantes portugueses y los misioneros jesuitas que ya se habían establecido en Japón eran muy importantes. Si él hubiera crucificado a los misioneros jesuitas, habría ocasionado problemas con la comunidad portuguesa que le ofrecía la posibilidad del comercio exterior.
Además, la intolerancia religiosa de los misioneros católicos provocó su rechazo en el clero budista.
Es probable que por estos dos factores, a) la resistencia del clero budista y de los jesuitas portugueses a aceptar a los franciscanos españoles y b) por el ejemplo reciente que tenían de la conquista política de las Filipinas, que también había sido introducida al cristianismo –ese temor a la lealtad de su gente al cristianismo antes que a él-, fueron la causa que llevó a HIDEYOSHI a ordenar la crucifixión de los franciscanos españoles. Y así, de esta manera, logró que no se dañaran las relaciones ni con los prominentes comerciantes ni con los jesuitas portugueses.
Así, la crucifixión de Felipe de Jesús y de los frailes franciscanos españoles fue un aviso público de HIDEYOSHI que parecía decir: “no queremos más cristianos, pero sí aceptamos el comercio exterior”.
El segundo encuentro entre estos dos países mexicano y nipón tuvo lugar en 1609, cuando Don Rodrigo de Viveros, Gobernador de las Filipinas , naufragó frente a las costas de Japón.
La postura política japonesa de “Cristianismo NO”, “Comercio Sí”, se puede comprobar con este segundo encuentro:
El gobernador de Filipinas y trescientos setenta náufragos se encontraron por razones fuera de su voluntad e Japón, y fueron atendidos con mucha hospitalidad por sus ciudadanos. Esto se debe a que los náufragos no eran los representantes del cristianismo, sino del gobierno español. El gobierno nipón los consideró como una delegación con la que podría establecer un acuerdo comercial con la Nueva España y con España. Como resultado de este contacto, Japón envió una delegación encabezada por HASEKURA a la Nueva España en 1614. Así tiene lugar el tercer encuentro entre estas dos lejanas naciones. HASEKURA llega en ese año a México por Acapulco.
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