“Historia del Japón a través de cinco encuentros con México”
Por Maestra Tokiyo Tanaka Nishiwaki, UNAM.
No.3 La unificación del Japón y el destino de los cristianos.
La orden jesuita, que fue fundada en 1540, empezó a mandar misioneros a Japón. Uno de los grandes fundadores de la orden jesuita, San Francisco Javier, estuvo en Japón en 1549, 9 años después de su fundación. Él fue seguido por otros buenos misioneros.
Cerca de 1580 ya había unos 150, 000 cristianos en el país nipón, y en el siglo XVIII tal vez alcanzaba el doble. La cifra de los cristianos japoneses era muy baja, en comparación a la población cristiana en México. Sin embargo, para el pueblo japonés este número es muy significativo, ya que es mayor a la de los cristianos japoneses de hoy en día.
Durante un tiempo estuvieron muy de moda las cosas portuguesas, al grado en que muchas palabras de origen portugués se convirtieron en palabras de uso cotidiano. Para citar algunos ejemplos: pan, capa, carta, frasco, tabaco, blanco (su significado japonés es columpio, y no el color), tempura ( un platillo de la comida japonesa que es comida capeada), entre otros.
La carrera de NOBUNAGA se vio interrumpida en 1582 al ser asesinado por un vasallo traidor, quien pudo tomar su lugar como gobernante sólo por tres días.
Su obra de unificación fue continuada por HIDEYOSHI, quien era el brazo derecho de NOBUNAGA. Después de siglos de guerras, Japón logró su unificación gracias a HIDEYOSHI, quien era un hombre de origen campesino que había salido de las filas del ejército.
Él se dedicó a gobernar toda su nación poniendo orden en su estructura política: pidió un gran censo catastral de la tierra, unificó la moneda y trató de monopolizar el comercio exterior. En un gran esfuerzo por poner fin a la guerra y a los levantamientos populares que habían caracterizado al Japón durante siglos, en 1588 ordenó la confiscación de todas las espadas a los campesinos. En 1591 emitió órdenes decretando que todos los guerreros, campesinos y comerciantes continuaran en los puestos y ocupaciones que tenían, con el fin de evitar la movilidad en el empleo, y poder controlar los impuestos que todas estas actividades económicas generaban.
Al el siguiente año se lanzó a la conquista del mundo, lo que para él significaba China. Pero toda la expedición tuvo que ser abandonada y se retiró, al morir él en 1598.
En 1597, un año antes de su muerte, HIDEYOSHI mandó crucificar en NAGASAKI a Felipe de Jesús y a otros veinticinco cristianos. Entre los veintiséis mártires había seis misioneros extranjeros, los cuales eran los españoles de la orden franciscana.
Este acontecimiento histórico nos plantea las siguientes dudas:
1. Si lo que deseaba HIDEYOSHI era acabar con los cristianos, lo habría podido hacer de una manera privada. Sin embargo, lo hizo públicamente. ¿Cuál habría sido su objetivo?
2. En esta época ya residían en Japón muchos misioneros portugueses de la orden jesuita. A pesar de ello, él no ordenó crucificar a ningún jesuita portugués. ¿Cuál fue la razón?
3. En 1609, cuando tuvo lugar el segundo encuentro con México, el gobernador de las Filipinas y los trescientos setenta náufragos fueron recibidos en el país nipón con mucha hospitalidad. Y si fuera poco, después de algún tiempo hasta les mandó construir un barco para que los llevara de regreso a México. ¿Cuál fue el motivo del cambio político japonés hacia México?
En conclusión, creo que HIDEYOSHI se enfrentó a un dilema con respecto a la crucifixión de los frailes españoles de la orden franciscana. Analicemos la situación:
Los españoles y los frailes franciscanos empezaron a llegar a Japón desde Filipinas, que era colonia española. Ellos pronto entraron en disputa con los jesuitas portugueses, ya que los últimos no querían compartir el dominio espiritual del pueblo japonés con los franciscanos españoles.
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